El té como portal

¿Por qué una taza de té puede ser curativa? Sí, están las hierbas que nos conectan con la tierra y le recuerdan a nuestro cuerpo de dónde venimos, pero más allá de la camellia, la lavanda o la manzanilla que le hablan a nuestra biología, el té tiene también otros lenguajes. 

Le habla a mi memoria al remontarme a mis ancestros que descubrieron el milagro de sanarnos con las plantas a través de una infusión. Se comunica con mi mente para aquietármela cuando me urge una pausa en la vorágine descontrolada de mis propios pensamientos. 

Pero, sobre todo, el té le habla de tú a mi alma. Le susurra el recordatorio de que soy mucho más que este cuerpo, estas memorias y estos pensamientos. Al abrazarle contenido en la taza consigue hacerme sentir abrazada, sostenida, esperanzada. 

Y me sumerjo ahí, en el líquido majestuoso que me invita a zambullirme como una Alicia en el país de las maravillas. Maravillada con el aroma potente y el sabor sutil de las flores y los arbustos que me conducen sin atajos al olvido momentáneo de mí misma. Agradecida con este instante en que la taza de té se ha convertido en el portal que me llevará de regreso a Casa. 

Ahí, en el Hogar, en mi centro, es en donde encuentro la curación porque me doy cuenta de que en realidad nunca he estado herida. 

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