LAS IDEAS SON DE TODOS

En su libro “Big Magic”, Elizabeth Gilbert explica que ella considera que las ideas habitan este planeta igual que los humanos, los animales, los virus y las bacterias como una energía incorpórea pero sí con una conciencia y, sobre todo, con su propia voluntad. Gilbert dice que las ideas están separadas de nosotros pero son capaces de interactuar con nosotros e incluso necesitan esa interacción para poder migrar del plano etéreo al reino de lo tangible. 

Cuando escuché esto (porque el libro lo “leí” en audio), me imaginé a las ideas como simpáticos bichos que rondan nuestra atmósfera sin que seamos capaces de verlos o sentirlos e inmediatamente adopté la idea de la autora porque me pareció de lo más lógica. Habrá quienes piensen que esta creencia suena más cómica-mágica-musical que lógica, pero a mí me gustó tomarla como cierta porque creo que nos conviene pensar así para perderle el miedo a crear. 

Las ideas, dice Gilbert, tocan a nuestra puerta y nosotros podemos tomar la decisión de ignorarlas y entonces que éstas vayan en busca de otra mente, o bien de acogerlas y llevarlas a la realidad a través del poder que todos poseemos para manifestar lo que deseamos. Si esto es cierto, entonces la protagonista no soy yo, sino la idea, y dejar de vernos como los actores principales puede reducir de forma importante la ansiedad que sentimos ante los resultados de nuestro proceso creativo.  

Uno de los mayores miedos que nos bloquea la creatividad es que algo salga mal y entonces el mundo nos critique o incluso que algo salga excelente y entonces nuestra vida dé un giro inesperado para el que no nos sentimos listos. El famoso miedo al fracaso o al éxito. Pero si yo no soy la autora intelectual de la idea, sino que simplemente fui un canal del que la idea se valió para conseguirse una materia y una forma visible, entonces la responsabilidad ya no es completamente mía y puedo relajarme frente al desenlace.  

A la creencia de que si yo le digo “NO” a una idea, ésta buscará otra vía para revelarse le sumo que todos estamos conectados y que todos somos realmente UNO. Uno que siempre estará buscando proveerse de eso que necesita para evolucionar, sin importar tanto el conducto de donde venga esa evolución. La idea de volar en un enorme pájaro de acero fue de unos cuantos, pero todos nos hemos beneficiado de ella. 

Así que dale rienda suelta a esa idea que anda rondando tu cabeza, porque finalmente no es tuya. Lo único tuyo es la decisión de abrirle la puerta y de trabajar duro para su realización. Y si al final de cuentas decides que no estás lista también está bien porque ella encontrará la forma de manifestarse, quizá al otro lado del mundo, y ya habrá otra que venga a coquetearte después.  

atrapasuenos.jpg