Lo que hemos vivido en los años que tengamos en este plano es el tesoro que guarda nuestra sabiduría interior. Cada experiencia, cada caída y cada triunfo nos habla de quiénes somos y a qué hemos venido a este mundo. Esto es algo de lo que me he dado cuenta escribiendo.
Sospecho que en tu alma hay un fuerte deseo de expresarte a través de la escritura, pero te detienen algunas creencias como: “no sé cómo hacerlo”, “no estudié para eso”, “necesito una vida extraordinaria para escribir cosas extraordinarias”, “no encuentro un momento del día en que pueda hacerlo”, “que pena que alguien me lea”, etc. ¿Te digo algo?
Debajo de cada pensamiento de este tipo hay una sola raíz: miedo.
Ya esperaste mucho tiempo a que ese miedo se vaya, pero te tengo una mala (o buena) noticia: el miedo no se va a ir.
¿Tienes una vida? Con eso es suficiente para que empieces a escribir.